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PROVERSIVO ...

Canal TV Arte

LA EXPRESIÓN DE EL LOA

Trasuntando a través de estas páginas está la visión y el esfuerzo de tantas y tantos que día a día van un poco más allá, creando la producción que atestigua nuestra huella, nuestra cultura.
Y no es un camino fácil, hay tantas miradas, tantas etiquetas pegadas a aquello  que llamamos arte, que resulta complejo tanto para las sensibilidades de quienes asumen el camino de la expresión, como para la sociedad que se enfrenta a una producción que no le resulta orientadora de su conocimiento, sensibilidad e historia.
Innegable es por cierto, el papel que juega la expresión, la expresión artística, el arte en definitiva en el devenir humano; sin el arte, que nos permite mirar más allá del velo de la realidad, nos vaciamos del espíritu que sujeta lo que somos como individuos y sociedad.
Estas páginas esperan ser un reservorio creativo, el espacio donde acudir para encontrar nuestra expresión, la que nos reconoce, de la que somos parte, pero además espera ser un puente entre la creación y la comunidad, un dialogo constante que nos permita mejores conocimientos, mejores desarrollos.

 

 

NUESTRA ZONA Y LA EXPRESIÓN ARTÍSTICA

La impronta cultural de la zona se remonta a más de veinte mil años, y posee múltiples vertientes que le entregan una multiculturalidad amalgamada por el crisol de la historia.

Desde los primeros habitantes que se instalan en el territorio, la zona atraviesa por múltiples oleadas de pueblos y miradas: Sobresalen los pueblos: Aymarás, Quéchuas y Lyckan-antai que establecen un diálogo con lo natural, dejando una huella imperecedera, que permite su subsistencia aún en nuestro presente.

Oleadas de caravanas, permeando las fronteras en un incesante comercio van formando la historia del desierto, los ríos y los oasis, historias que escriben hombres y mujeres que forjaron el territorio. La conquista española, las nacientes repúblicas americanas, oleadas migratorias en diversos periodos de riqueza productiva y comercial empujan la zona a su desarrollo y conflicto.

Cada trozo del territorio, cada trozo temporal, cada memoria; está formada por el incesante movimiento humano, el viento lleva innumerables historias que van quedando adosadas a las piedras, a los colores, al carácter loíno, a la materialidad. Y allí el arte se recrea, estira la mirada y profundiza el raciocinio, buscando las respuestas que de seguro el viento conoce…