Laguna Inca Coya.

Ubicación: Unos 6 kilómetros al noreste de Chiu-Chiu.

Desde Calama: 35.2 kilómetros por Ruta 21. Aproximadamente un viaje de 30 minutos.

Instrucciones del lugar: El ingreso es gratuito. No es un lugar para acampar, ni para realizar picnic. Se recomienda responsabilidad en el uso del lugar.

A unos cinco kilómetros al noreste del poblado de Chiu-Chiu; y a una altura aproximada de 2.500 metros sobre el nivel del mar, aparece este espejo de agua que resignifica de la mejor manera la magia del desierto de Atacama. Ese milagro de la existencia en el lugar más inhóspito del planeta.


Un círculo aparece en el aparente paisaje estéril del desierto atacameño, de unos doscientos metros de circunferencia, una profundidad no oficial que se extendería entre los sesenta a los doscientos metros (la leyenda le atribuye que no tiene fondo); posee un extraordinario color verde azulado, el cual se va matizando respecto del paso de la luz.

A su costado se extiende el Rio Salado, formando hoy pastizales de mediana extensión donde pastorean libremente camélidos; un poco más allá se extiende el Río Loa, un poco más al sudeste ambos ríos se unen. Las mismas subterráneas e invisibles arterias hídricas que alimentan a dichos afluentes, seguramente también alimentan esta laguna que aparentemente aparece de la nada en Atacama.


Existen pocos textos divulgativos respecto de su origen, cuenca, relevancia ecológica, importancia en la estructura humana de dicho piso geológico, etc., sin embargo basta visitarle para deducir la relevancia que tiene en el tejido natural y cultural de la zona, es un influjo poderoso que ha proveido de innumerables usos al ecosistema.


Siguen realizándose investigaciones que dan cuenta del infinito entramado de esta Atacama, de poderosas fuerzas geológicas con una historia tan extensa como la vida misma, con unos cielos brillantes que de seguro los originarios escrutaron en el reflejo de la superficie lacustre, o que más atrás de la historia bio-geológica del planeta el piso del sector fue una superficie lacustre donde se desarrolló la gran fauna del pleistoceno y que de cada tanto se descubren nuevos representantes de dicha prehistoria.


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Asimismo aparecen nuevas investigaciones que arrojan luz sobre ese entramado y permiten conocer cómo se desarrolla la dinámica de los seres vivos en este territorio.


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Innegablemente, el mayor atractivo de la laguna lo representa su eje turístico, sin embargo, cada día se descubren nuevos antecedentes que permiten hilar el rico entramado del poblamiento de la zona, por lo que su significado en la interacción y conservación cultural se relevan casi como un fundamento de su existencia y de las comunidades del sector.

 


La leyenda de Inca Coya:


La leyenda nos habla de Colque – Coillur, la ñusta o princesa de la región, que siendo esposa del inca Topa Inca Yupanque (Inka desde el 1471 al 1493, periodo medio de la dominación incásica, expansión del Tawantinsuyu), se suicida con el hijo de ambos en las heladas aguas de la laguna habiendo transcurrido tres lunas (meses) desde que Yupanque hubiera salido a sofocar rebeliones al norte de Chiu-Chiu, contrayendo nupcias en dicha operación bélica como un elemento significativo de apaciguamiento de las hostilidades. Su característico color y la cualidad de no tener fondo, le son otorgados por el verdoso de los ojos de la ñusta y por la profunda pena que le llevó a tomar tal decisión.


La laguna Inca Coya recibe constantes visitantes, tal vez buscando recuperar la memoria y darle sentido así a la real y sentida historia, añosa, llena de millones de situaciones, de monumentales acontecimientos y de seguro de íntimas acciones; todas buscando ese entramado que nos ata a la magia de atacama; una zona que no deja de maravillar.